El otro día le preguntaba a un amigo si hechaba de menos a su "yunta" de toda la vida que hace algunos meses se había ido a trabajar a Santiago, y él me respondió que no lo extrañaba porque se había dado cuenta que él era un ser sólo y que los amigos no determinaban su vida. Por muy frío que sonara la frase a mi me pareció una idea muy acertiva, porque pasa mucho que cuando los amigos comienzan hacer su vida, es decir, cuando encuentran un trabajo y por tanto, tienen sueldo que les permite comprar o arrendar un espacio propio y a veces un transporte propio y hasta una pareja propia, la rutina acostumbrada o el espacio aportado para los amigos resulta reducirse, cambiar o modificarse para siempre. El tema es que en el periodo en el que la amistad parecía exclusiva uno asume la idea de que los verdaderos amigos son los que van a estar siempre cuando los necesites ¡MENTIRA! Ellos no siempre estarán ahí, es más, hay veces en que algunos "extraños" resultan ser más útiles en tiempo de crisis que aquellos que uno les reconocía el deber de estar, pero es necesario aclarar que los amigos no estamos ni estaremos siempre no porque no queramos estar, sino porque la vida no nos permite ser totalmente exactos y oportunos. Por tanto, me he dado cuenta que, sobretodo en la actual sociedad, resulta necesario terminar con las ideas demasiado idealistas sobre la amistad porque cuando logramos darnos cuenta de la realidad y optamos por asumirla tal cual es, entonces la relación con los amigos se fortalece y se convierte en eterna. Yo tengo amigos que viven solo y normalmente se tiene la idea de que ellos viven en torno a los amigos o que su bienestar social y emocional depende mucho de la permanente presencia de los amigos aunque ésta no siempre sea una relación profunda y madura. La verdad es que quienes no vivimos sólos y tenemos pareja también nos resulta muy necesario la constante relación con los amigos, es una conciente dependencia de verlos, hablar y compartir. Lo que pasa es que el hecho de ser amigo no te hace propietaria de la obligación de estar siempre cuando el otro te requiera. Puede que en el momento más dificil de tu vida el amigo no estaba, puede que el logro más inolvidable no lo hayas compartido con él, pero lo importante es que después de estos acontecimientos, en algún momento cuando lograron verse o comunicarse se dieron cuenta de que aún estaban dispuestos para contarlo y compartirlo...Los amigos no tienen porqué ayudarte a construir tu vida, pero sí pueden o tienen el rol de hacerte el proceso de construcción, mucho más agradable. Te quiero Vero, Pauly y Javi.